04 La Realidad Objetiva

Esta clase incluye un breve texto y un videoclase al final.

Definición:

Es todo incluyente.

Entonces ¿Para qué hablar de ella?

No nos resulta fácil hablar de algo todo incluyente, por la misma naturaleza del pensamiento que suele ser fraccionario, parcial, reduccionista, excluyente y seguro que nos estamos dejando particularidades de la mente. En definitiva que por su naturaleza nuestra mente no es omni-abarcante, como bien se refleja al decir que seguramente nos hayamos dejado algo.

¿Porque nos parece importante hablar de la realidad objetiva? Según como nosotros lo entendemos el despertar a la realidad objetiva nos da Libertad ya que nos hacemos conocedores de todas las opciones existentes sin excluir nada.

Nos acercamos a la realidad objetiva cuando tenemos en cuenta nuestra división interna, nuestra elección no se basará en una única visión subjetiva de la realidad, sino que tendremos presente que existen y hemos considerado las otras visiones. A la hora de decidir sin embargo nos decantaremos por aquella que resuene más con nosotros mismos en aquel momento.

La realidad objetiva en sí, no es el problema, porque siempre está aquí, allí en todos lados y en todo momento, la dificultad es nuestro grado de alerta, momento a momento, que es la herramienta de la que disponemos para sintonizar con la realidad objetiva, para que nuestra percepción pueda abarcar la totalidad de la realidad objetiva del espacio tiempo en el cual nos encontramos.

Está claro que tenemos límites naturales que nos condicionan a ver un espectro concreto de la realidad objetiva, por ejemplo la visión humana solo puede ver un determinado rango de longitudes de onda, el oído humano solo puede oír ciertas frecuencias, etc. De la misma manera nuestras creencias y condicionamientos moldearán lo que podamos vivir de la realidad objetiva.

Es  un desafío constante darnos cuenta de nuestras autolimitaciones, no tanto físicas ya que estas no se pueden cambiar más que a través de instrumentos externos que nos permiten descubrir realidades objetivas que antes no nos eran conocidas (por ejemplo el mundo microbiano), el desafío está en todo aquello que hemos creído que es real pero que forma parte de nuestra realidad subjetiva y distorsiona la realidad objetiva. Un ejemplo que nos gustaría compartir contigo es por ejemplo la manera general que tenemos en occidente de representar el mundo en una mapa, hemos puesto el polo norte hacia arriba según nosotros mismos y el polo sur abajo, luego las proporciones no se suelen respetar y el continente de África que es el más grande que existe después de Eurasia se suele representar no mucho más grande que estados unidos… (América del norte + América del sur: 28,5%; África: 20,4%).

Averiguar hasta qué punto algunos condicionamientos y creencias distorsionan nuestra realidad es fascinante y nos permite recuperar lucidez (sentido común), a la vez que pueden evitar mucho malos entendidos (típica conversación de besugos).

Otro aspecto que condiciona la realidad objetiva es la realidad herida personal, como ya hemos visto en las clases anteriores, nuestro niño o niña interior se ven constantemente afectados por lo que pasa y define, en la medida que es inconsciente, muchas de nuestras percepciones de la realidad y a menudo muchas de nuestras reacciones ante la misma.

Entre unas cosas y otras es como si tuviésemos unas cuantas gafas puestas todo el rato, mantener una actitud lo más abierta posible, informarse, contrastar varias fuentes y confiar en nuestras propias experiencias por un lado, y por otro, aprender a gestionar nuestras emociones, es lo que nos puede ayudar a quitarnos las gafas y poder mirar al mundo tal y como es, sin adornos, confetis, dramas… siendo conscientes de nuestras limitaciones y de nuestras divisiones internas.

Conclusiones:

Nuestra experiencia es que de ello no solamente pueden surgir sentimientos profundos y sinceros sino que también emerge un tipo de libertad muy genuina. Nos podemos sentir más llenos, íntegros y coherentes a la vez que eso puede traer más incomodidad y menos “sueño”, en el sentido de vivir a través de la mente que todo el rato diseña un mundo paralelo a la realidad objetiva en el cual aquellas carencias y daños a nuestra integridad se ven colmados por este mundo utópico.